CARNUS DABUS VERMIS

Viernes 6:55 am mientras la tonta rubia de la tele predice relámpagos y lluvia por acá solo llueven los haces de luz que vomitan las nubes en el cielo. Y aquí estoy yo, rodeada de batas blancas, tapabocas y guantes esperando verte llegar; hay expectativas, serás hombre o mujer, estoy nerviosa mi corazón salta de alegría! por fin llegas ; vienes vestido de nudista sobre una mesa de metal tan fría como los colores del cuadro impresionista que llevas pintado en tu rostro. Hay silencio, no te mueves, sólo callas no tienes quedar bien conmigo o tratar de impresionar.

Quiero tocarte; me acerco lentamente y espanto la mosca que hay en tu pupila, me fijo en tus ojos. esos ojos cafés que ahora miran infinitamente a la nada. Mides 1,80, pesas 85 kg me pregunto si alguien te extrañara o es que simplemente estoy clavando el bisturí en el pecho del hijo de nadie, en el heredero de una muerte repentina. Tienes la misma edad que yo sólo que con la piel más fría, pálida y reseca. No te quejas, no me juzgas, sólo callas y el silencio nos envuelve.

Han pasado 5 minutos desde que nos conocimos y ya no me pregunto por qué estás aquí, ni si yo pude haber estado en tu lugar, no me importa tu nombre, ya no importa tu estrato social. al igual que los demás soy la niña que curiosa intenta abrir tu pecho como lo hago con los regalos de navidad, un poco mas de fuerza y podemos ver tus pulmones llenos de nicotina quizás son los culpables de que haya tantos cadáveres de mariposas en tu estomago. Ahora una sola pregunta me apuñala la cabeza ¿a quién le prometiste la luna que tu vida fue un pequeño destellar de las estrellas, amigo objeto de estudio?

Ya es tarde, no importa. Después de todo ahora solo eres”carnus dabus vermis”.

AUTOR: CINDY CASTAÑEDA OSORIO